La vida es hermosa, el caminar esta lleno de pasajes entreverados, complejos y algunas veces obscuros, pero nada es para siempre, para bien o para mal. Así, después de unos días pesados, haciendo malabares con el trabajo, la bebe, el dinero y mi afán por ser quien lleva la casa en esta casa, se que este es mi destino, no por que se me haya impuesto, sino por que lo he escogido tal y como esta ahora. A veces me cuesta sentirme el segundo violín, el tramoyista, esa que nunca se nota y que "no hace nada" hasta que deja de hacerlo y uno cae en cuenta de que tan necesaria era. Pero cada vez que lo pienso topo con la misma respuesta: te gustaría ser quien lleva la otra carga? Quien da la cara, los autógrafos y la reconocida por todo el mundo? Y hay una parte de mi que responde sin pensar "Claro que me gustaría" y entonces entra mi sentido de la realidad y se pudre todo: "Anda, trabaja por ello"... Ay aja!!!! Como si me fuera a dar tiempo, como si quisiera invertir cientos de horas solo para ser famosa, para subirme a un avioncito de papel feo y frágil. ¿Arriesgar todo lo que he aprendido por un poco de reconocimiento? Perder horas con mi hija, horas de gestión y coordinación, de lectura, de funciones... No es opción, es como pedir que deje de respirar por que así seré más delgada, en mi caso prefiero hacer ejercicio y comer moderado antes que asfixiarme.
La vida es y será siempre hermosa, sólo es cuestión de aprender a abrazar el destino que te has construido. Ir caminando el recorrido y trabajar por lo que te nace, por lo que amas, no por la vanidad estúpida que la sociedad impone.